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Desde mi infierno

Dentro de ti me busco

Dentro de ti me busco

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Entre los dos castigos

Ahora me dirás de mi abandono,
me hablarás del transcurso de mi miedo
a través de los cauces de mi vida
gastada, y me dirás que en el brevísimo
espacio de un descanso no has podido
entregarme los dos o tres poemas
de flores que a los pies de mi ventana
dejaste, ahora ya marchitos, secos
ramos de versos muertos por el hambre.

Ahora me dirás de infiel, que voy
y vengo a mi silencio y no te aviso,
que no sabes del cuándo de mi vuelta,
ni tan siquiera si la habrá o si no,
que me llevé mi tiempo envuelto en nada
en lugar de mi libro de tristeza;
y eso te asusta, te levanta el miedo
de carecer de manos que te escriban.

Dirás que abandoné la mesa grande
donde solíamos hacer poemas
entre una multitud de libros viejos,
que el folio sigue en blanco y se ha enfriado
la tinta ardiente de la pluma. Ahora
dirás que desperdicio vientos grises
en empujar las velas de la balsa
que con palabras he construido en vez
de utilizarlos para oscurecer
lo que siento y que lloro, lo que escribo.

Y no dirás que sabes la respuesta
a la irrealidad que me define
y en la que ando indagando desde siempre
por su mar, por su arena, por sus vientos
de tinta, donde no hay respuestas a
de dónde son mis versos, dónde estoy
cuando escribo, por qué esta absurda búsqueda
en saudad de tristeza hallando nada,
qué poesía busco, qué palabras.

Dirás y no dirás las cosas de antes
mientras yo te sonrío levemente.  
Son el castigo de sentirte siempre
como te siento y el de no escribir
lo que hacen que te elija a ti de nuevo
ahora que he sufrido ya los dos.

                    
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2 comentarios

Rashïna -

Siempre fuente de belleza esculpiendo las fosas de la más enérgica melancolía: la alegría de la tristeza. La paradoja como poema-vida o muerte-poema.
Bien, maestro. Estoy tras la cortina.

claudia -

cada palabra me quemó la piel, y se anudó en mi garganta

qué facilidad para escribir los sentimientos, y tanto me identifico en ellos

un beso