Blogia
Desde mi infierno

Cuando la tarde se vistió de noche

Cuando la tarde se vistió de noche

---oOo---

Aún en el después

 

“Tu paraíso no era verdadero.

Había árboles prohibidos."

 

Heinrich Heine.

 

Yo fui romántico una vez tan sólo

en la vida; con lluvia -por supuesto- 

y adoquines mojados como espejos 

reflejando la luz de una farola 

y el amarillo amargo de unos ojos 

clavados en el suelo por el peso 

del desamor; en ese corto instante 

en que la tarde va buscando un traje 

de noche que ponerse, fui romántico 

en mi vida una vez tan sólo. Ni antes 

siquiera, siendo nada, me sentí 

romántico. Duró la leve tarde 

veleidosa de un breve libro abierto 

que me hizo comprender que el paraíso 

no es tal si crecen árboles prohibidos. 

 

Después, ya no. Después, sincero en ti 

y en lo que escribo y siento, manteniéndome 

oculto tras el cortinaje espeso  

de la modesta soledad -tan mía- 

inventada que tengo por mi infierno.

                       

______________________

6 comentarios

anónimo -

Yo fuí romántica una vez tan solo, en la vida, con lluvia amarga,
fuera y dentro.
Sin buscarlo, vislumbré el paraíso.
Sí, había árboles prohibidos.
Gocé serenamente
de sus frutos, hermosos y fugitivos.
No eran míos.
En el después, solo
espinas punzantes, surcos profundos y silencio sepulcral.
Sí, renuncié a mi árbol prohibido.

GABRIELA ROSA -

Estoy de acuerdo con Elena. Los árboles prohibidos los fabricamos nosotros, con nuestros miedos e indecisiones.

elena -

No hubo ni hay ningún árbol prohibido, el paraiso existió y existe.

GABRIELA -

Bello poema y hermosísimo momento de romanticismo, de amor.

Sakkarah -

Me encanta...Precisamente es romanticismo puro toda ella.

Escribes muy bonito.

Un beso.

claudia -

sin palabras...si, una, bellísimo

yo ando diciendo por ahi, que no soy romántica, y de verdad, actúo que no lo soy, para evitar ser abandonada
es extraño?

se me quedó el romanticisimo, adentro de las lágrimas, sólo sale a la luz, cuando lloro...y eso siempre es cuando estoy sola

abrazo
claudia